lunes, 11 de mayo de 2015

No estamos solos

Pasos agigantados, no me achico
En un túnel interminable a oscuras
camino sin saber que hay después.
Escuché el eco que me dice "No estás solo"
pero lo contradigo, no quiero escuchar.
No me interesa, con sed y cansancio lo quiero terminar
nadie me va a detener pienso, luego me detengo sólo
me excluyo, no puedo, no podré.
me di un punto de apoyo, guardé lo peor, no lo mostré.
resigne muchas cosas. Solo voy y el eco no quiere responder
se equivocó pensé. No sé como hice pero terminé
Cuando llegué al final ví luz, en el mismo momento
me dí cuenta que en todo el camino
no estaba sólo, la soledad me acompañó
en todo momento.

domingo, 3 de mayo de 2015

Escribir sólo y por placer.

Mi pulso comienza a aumentar , es resignarme a que mi vida sea esto o "Salir" de el Ghetto.
Leer o escribir pueden salvarme un día más, encerrarme en ésto puede salvarme un día más, ¿seré capas de hacerlo? o sólo es una alucinación de un naufragio. Entregarse o resistir, esa es la cuestión.

Poesía para resistir

Cuatro paredes, no hay nada que pensar
vocabulario específico, mas bien diminuto
berretines aquí y allá
Mi barrio y sus señoras mirando a través de las ventanas
la abuelita y sus ojitos opacos en un mar de reproches
su mirada se apaga y su voz disminuye
El laburador y su carro, su mejor amigo un caballo
poco trabajo y mucho sentimiento
música fuerte que apaga la tristeza de todo ser humano
mi mirada en el balcón de un edificio viejo, arruinado.
un vaso de agua saludable que no es tan saludable
el perfume a humildad y mi familia contenta,
mi barrio y mis amigos, siempre con la sonrisa
así como el sol brilla, tú brillas así por tu esplendor.

jueves, 23 de abril de 2015

Día de el libro

Un libro tiene muchos mundos
solo podemos gozar de muchos mundos leyendo
de lo contrario no podríamos gozar ni de éste mundo
viviremos a la deriva no entiendo muchas cosas,
un libro siempre es buena opción.
Nadie es más lector que nadie, nunca nadie lee más que otros
Nunca jamás alguien ha leído todo. Tengamos esperanzas
no desesperemos.

Un libro allí, quizá me transporte a otro mundo con tan solo
leer 2 párrafos, es buena opción, me voy a otro mundo
¿Nos vamos a otro mundo juntos?

martes, 21 de abril de 2015

Poesía para una vieja

Quisiera ver, que hay detrás de esta vida
¿estarás ahí, esperándome?
creer o no creer esa es la cuestión,
yo te creo .

Ya casi no te recuerdo
me duele
Abuela ¿estás ahí?
no puedo más, una década sin tí.

Esta poesía vivirá eternamente en mí
y quedara guardada en mi corazón
tu tienes la llave, solamente
te pido,
que me la des, que me acompañes
te extraño..




lunes, 20 de abril de 2015

¿LO RARO?

Caminé, como de costumbre con la lluvia acompañándome en una extrema soledad por la calle, me mojé por completo en 2 cuadras
no me importó, amo la lluvia, el agua que me bañaba y el viento que me peinaba, sentí frío en la 5ta cuadra, pero tampoco me importó, seguí caminando, era la única persona que caminaba en la calle. Sólo y sin apuro, la gente me miraba a través de sus autos caros con asombro, ¡como si estuviera loco! si loco es lo que pensé, pero con más cara de asombro me hubiesen mirado si sabrían que soy lector, y que estudio Lengua y Literatura (La materia de los locos).
  Seguí caminando pensando en lo que había ocurrido, me reía por lo bajo no sé por que, pero lo concreto es que tenía que caminar hasta el barrio, así que no me detuve por nada, sólo caminé y caminé .. de repente, un auto de ultimo modelo esquivaba charcos ¿para qué me pregunté? su auto ya estaba mojado así que esquivando charcos no iba a lograr que se mojara menos, la gente me seguía mirando ya no era la misma mirada que la anterior, ahora me miraban como con miedo, pero miedo ¿a qué? ¿es raro ver caminar a alguien con la lluvia pisando charcos? con el ruido de un charco se me ocurrió una idea, entendí que es el tiempo de el miedo. Donde le tememos a lo mas lindo que existe, al agua, dónde también le tememos a que se nos moje nuestro auto súper caro y a que se nos moje la ropa, Tenemos miedo a la persona que camina con sus ojos tristes y cansados, tenemos miedo a pensar, tenemos miedo a la soledad, tenemos miedo de pescar un resfrio y simplemente le tememos a lo raro.



Pensamientos Suicidas

Cuando era chico, mi abuela se fue para siempre de este mundo. Al principio lo tomé con calma pues tenía apenas siete años, pero con el paso del tiempo me fui dando cuenta de ciertas cosas y también pensé por qué Dios se lleva a la gente buena. En un primer momento entendí que era porque había cumplido una misión en la tierra y debía irse como si antes de nacer firmáramos un contrato con todas estas reglas, como si la vida fuera una escuela o una institución.  A la gente mala, Dios les daba una nueva oportunidad todos los días para que cambiaran y por eso no morían,  porque Dios  quería que cambiasen, pero mi abuela era otra cosa, era mi abuela.
Cuando comencé a crecer entendí las cosas. Trataba de pensar con claridad mientras tiraba piedras en la plaza de mi barrio, un lugar donde cada noche se llena de gente, pero yo no soy esa clase de personas malas que van a hacer cosas prohibidas. No. Yo sólo quería pensar…  Dios y la estúpida tarea de llevarnos al cielo.  Dios y la gente mala y sus segundas oportunidades. ¡Dios!
 Una noche, de esas tantas, magníficamente solo, pensé que pensar era un acto de rebeldía, de rebeldía pura. Y que yo no había muerto porque era malo, y también se me ocurrió que Dios comenzaba a caerme mal solamente por haberse llevado a mi abuela de este mundo. Pensaba que si existía o no,  para mí era igual.  Dios y su estúpido trabajo de llevarse a mi abuela. Y si hubiese fallado, hoy estaría implorando y hasta tendría retratos en toda mi casa. Pero no. Sólo tengo fotos de escritores y de gente que en verdad piensa y no de gente que es una farsa.
Cuando uno es chico, sólo se quiere divertir. Lo mismo me pasó a mí, sólo que era marginado por casi todo el mundo, justamente por eso,  por el hecho de pensar y cuestionar. Mis compañeros de colegio y de fútbol no se  me acercaban por ese motivo,  por la incomodidad de mi cuestionamiento y por mi costumbre de decir “¿por qué?”
 Ya adolescente, volví a la plaza que tanto me había hecho pensar, y pensé por qué no me había muerto, y se me ocurrió que quizá Dios no era Dios y que quizá era un motor. No sé. Uno siempre piensa que todo le va a salir bien por el hecho de creer en Dios y que Dios es eso, un motor que te hace funcionar todas las mañanas y te hace ir a misa todos los domingos.  Recuerdo que mi abuela siempre le rezaba. Lo recordé aquella noche fría, en la plaza en la que casi nadie había, excepto yo y mi perro, que desde que lo tenía conmigo me acompañaba adonde fuese que yo fuera. Y pensé que en realidad uno reza para irse de esta vida rápido al cielo, atontado…, para irse de este mundo capitalista…  Y la palabra capitalista resonó en mi mente, como haciendo eco, y descubrí que la iglesia era un negocio donde la gente lucra, mientras en otros lugares otra gente vive en la pobreza absoluta, lejos del oro y la riqueza del Vaticano… Y después dicen que la iglesia es un sitio al que hay que ir para rezar, pero recemos o no, igual habremos de morir, igual nos vamos a ir de este mundo cuando nos llegue la hora, de este mundo donde todo es un negocio. Hasta la muerte.
Al regresar a casa, tras esa revelación y aun atontado por el eco capitalista, capitalista, divisé en una ventana a un tipo de buen humor, que decía muchas cosas, mientras la gente sólo lo miraba y le hacía un lugar más a la mesa, justo en la cabecera, desde donde podía mirar y escuchar. Él hablaba y la gente no. Y entonces comprendí que la gente ya no habla, que la gente deja que otro hable.
Cuando miré la segunda ventana, pasó exactamente lo mismo. Las calles eran un desierto y sólo yo andaba por ahí, con mi perro. Al entrar a mi casa vi que todo estaba igual, aunque mi familia me esperaba con la comida servida, en la mesa, tal como lo vi en la primera ventana. Hipnotizados todos. Igual que los otros. Fue entonces que subí a mi cuarto, y al escuchar un ruido extraño, comprendí que mi turno había llegado.